Alkuza - Rural Matarranya

En el centro histórico de Calaceite se encuentra un edificio edificado en el siglo XVII y restaurado en 2006 de forma que alberga en su interior 3 apartamentos que pueden alquilarse juntos o por separado.

Cualquiera de ellos es una apuesta segura para visitar este pueblo y sus alrededores, relajándose en este ambiente de pueblo.

Este apartamento tiene capacidad para 4 personas y se distribuye en las siguientes habitaciones:

• Un dormitorio de matrimonio adornado con muebles de mimbre. Además, se pueden añadir otras 2 plazas abriendo el sofá-cama.

• Un cuarto de baño completamente equipado con secador y plato de ducha.

• Un salón-comedor dotado de un sofá y butacas de mimbre que ayudarán al huésped a relajarse mientras ve una película en el DVD o un programa en la televisión.

• Una cocina abierta y completamente equipada para que los huéspedes puedan realizar con comodidad las tareas domésticas. Entre estos utensilios está incluido una lavadora.

Además, la casa dispone de:

• Conexión WiFi a internet

• Admisión de animales para que las mascotas no deban quedarse en casa

• Calefacción eléctrica para que el piso esté siempre a una temperatura agradable.

En la provincia de Teruel, sobre la loma que separa los ríos Algars y Matarraña, se encuentra Calaceite una pequeña ciudad medieval que en sus orígenes se encontraba agrupada en torno a un castillo del que hoy en día no quedan restos. En el casco histórico del pueblo se pueden encontrar rincones que replican los lugares más pintorescos de otros pueblos españoles. El edificio más emblemático es la Torre de Calaceite, una construcción de piedra que originalmente fue parte de la muralla.

Dentro de los límites del pueblo, pero apartado del núcleo de población, se encuentra San Antonio, un pueblo íbero que da pistas sobre el modo de vida de esta civilización. 

Por esta zona se puede visitar Arens de Lledó, un pueblecito pintoresco que no supera los 200 habitantes. En este pueblo aún se conserva parte de la muralla, edificada en el siglo XVIII, y uno de sus accesos: el Portal del Baix. Este portal separa la parte más moderna de la ciudad del casco histórico, un laberinto de calles que transporta al visitante a una época antigua.