Apartamento Port 29

Coqueto apartamento vacacional para 4 personas visitantes, situado en el encantador pueblo con playa de Llançá, una villa de carácter familiar en el tercio norte de la maravillosa Costa Brava, dónde el Mar Mediterráneo acaricia la provincia de Girona.

Este alojamiento dispone para sus huéspedes de los siguientes espacios:

• 2 dormitorios, uno de tamaño doble que consta de una cama de matrimonio, un gran armario y diversos muebles para el almacenaje y orden de nuestros enseres durante la estancia. El otro es de área más reducida y en él se disponen un par de camas individuales en formato litera en una configuración de la habitación mucho más juvenil que la anterior. Ambas gozan de una buena iluminación natural.

• El salón no es una estancia muy grande, pero si bien aprovechada, dado que en él encontramos un conjunto de comedor para 4 personas hecho en madera y un apacible rincón para el descanso en que un sofá tresillo se dispone frente a una televisión de buen tamaño. Este espacio estaría regulado térmicamente gracias a un aparato de aire acondicionado que hay instalado en la pared junto a las grandes puestas de cristal que dan acceso al exterior. Si atravesamos estás puertas saldremos a un pequeño balcón.

• La cocina, en un diseño en forma de "L" en el que su mobiliario salva el problema del espacio, integrando en su interior una completa equipación electrodoméstica, además de diversos espacios de almacenaje en los que se organiza la selección de menaje del hogar.

• El baño del que dispone esta vivienda está diseñado con un gusto exquisito que se demuestra desde el equipamiento sanitario básico, pasando por su moderno mobiliario o el estuco veneciano de las paredes que rodean su amplia cabina de ducha de formato abierto. En este habitáculo hay una ventana que resulta muy conveniente a la hora de secar o ventilar el espacio después de cada uso.

La playa y el mar es lo que seguramente viniésemos buscando cuando nos decidimos a escoger este precioso rincón de la Costa Brava que es Llança, pero el entorno de esta encantadora villa a orillas del Mar Mediterráneo ofrece enclaves especiales que van más allá de las típicas postales de arenales atestados en los que no hay sitio tan siquiera para plantar la sombrilla.

Dada la importancia militar de este territorio fronterizo que es la Costa brava y la comarca del Alto Ampurdán, esta siempre ha sido una plaza de gran interés estratégico, lo que ha convertido este encantador y pacífico enclave en un objeto de conflictos bélicos.

Así, en el propio pueblo, junto a la iglesia de Sant Vicenç, en los aledaños de la actual Plaza Mayor, es donde encontraremos el acceso al antiguo refugio antiaéreo de la Guerra Civil española, que daba protección a la población frente a los bombardeos de la aviación italiana aliada de los fascistas del bando nacional.

Si recorremos la costa desde el puerto de San Carlos hacia el norte llegaremos al Búnker de Argilera, un observatorio marítimo defensivo en el que se apostó un nido de ametralladores en tiempos del régimen franquista, como una de las múltiples partes de la llamada "Línea P", un trazado de instalaciones dispersas por toda la frontera del país para evitar posibles incursiones de las tropas aliadas que habían vencido en la Segunda Guerra Mundial en Europa.