La capital de la Isla de Gran Canaria, llena de vida y con paisajes sacados de un auténtico paraíso, es un lugar donde su cultura popular tiene un rincón reservado para el turismo rural.
Situada al norte de la isla, en la Bahía del Confital, es un municipio con gran extensión, donde se distribuyen espacios naturales de impresionante belleza como el Monumento Natural de la Caldera de Bandama o los Paisajes Protegidos de Pino Santo, La Isleta o Tarifa.
Las playas, como es de esperar, tienen su lugar privilegiado en la localidad, con espacios tan bonitos y destacados como la Playa de las Canteras, una de las más populares, la del Confital, las Alcaravaneras, San Cristóbal o La Laja.
¿Sabes algo sobre su historia? La fundación de la propia ciudad data del siglo XV, cuando pasa a manos de la Corona de Castilla, siendo la primera localidad del reino en aguas atlánticas.
En sus inicios se constituye como campamento militar, dando lugar a la conquista y posterior reparto de tierras, para empezar su crecimiento como villa, distribuyéndose en barrios.
El barrio de Vegueta, en el corazón de Las Palmas, es el más antiguo, puesto que es el origen de la ciudad, donde destaca el pulmón verde que es el Parque de San Telmo.
La Plaza de San Antonio Abad es el punto donde se puede visitar la ermita homónima en la que se dice que rezó Colón antes de partir en su aventura, hecho que podrás constatar en la placa a su entrada, y en la misma plaza, la Casa de Colón, que alberga un museo dedicado al famoso navegante y no donde vivió -como algunos suelen pensar-.
Si nos acercamos hasta la Plaza de Santa Ana, nos espera la Catedral Metropolitana de Santa Ana, una imponente construcción hecha con piedra de tono oscuro, considerada como el monumento religioso de arquitectura canaria más importante.
Otro barrio de gran importancia es el de Triana, también levantado durante el mismo período de tiempo que el de Vegueta por gentes provenientes de Sevilla, en su mayoría, -de ahí la similitud del nombre con el barrio sevillano-, donde edificios de arquitectura modernista, como el Teatro Pérez Galdós (1888), adornan las calles.
Después de una ruta turística, un día en la playa o explorando el entorno natural, es posible que se te abra el apetito.
¿Quieres saber qué delicias canarias te esperan? Estando en una isla, los productos del mar son uno de los productos estrella, pero más allá de los pescados o mariscos, también hay espacio para otros sabores, puesto que es una ciudad que acoge todo tipo de culturas, destacando, especialmente, la influencia árabe, con algunas especialidades como el Queso de Flor o los dulces de batata.
Para hacerse una idea completa de los orígenes de la ciudad, hay que tener en cuenta su economía, ya que es la encargada, como en todas partes, de hacer crecer pueblos o ciudades.
En el pasado, hasta el siglo XIX, la industria de la cochinilla -de la que se extrae tiene rojo para alimentación, textiles o cosmética-, junto con la construcción del puerto, fueron un empuje considerable.
A partir del siglo XX es cuando el sector turístico comienza a florecer, siendo, en la actualidad, la base económica de la ciudad, donde apartamentos vacacionales, balnearios o el turismo rural, especialmente en los barrios más cercanos a la costa, son los destinos más elegidos por los viajeros.